La odisea por la educación

En México la educación básica debe ser gratuita y obligatoria, según marca el Artículo 3 de nuestra Constitución: TODO INDIVIDUO TIENE DERECHO A RECIBIR EDUCACIÓN. EL ESTADO –FEDERACIÓN, ESTADOS, DISTRITO FEDERAL Y MUNICIPIOS–, IMPARTIRÁ EDUCACIÓN PREESCOLAR, PRIMARIA, SECUNDARIA Y MEDIA SUPERIOR. LA EDUCACIÓN PREESCOLAR, PRIMARIA Y SECUNDARIA CONFORMAN LA EDUCACIÓN BÁSICA; ESTA Y LA MEDIA SUPERIOR SERÁN OBLIGATORIAS. Sin embargo, la obligatoriedad que nos trajo la Reforma Educativa no vino acompañada de una garantía de accesibilidad y mucho menos de calidad.

A pesar de que en este periodo de preinscripciones, en el caso de San Luis Potosí, la Secretaria de Educación de Gobierno del Estado ha afirmado que se abrirán los espacios suficientes para dar cabida a todos los niños en edad escolar, eso no ha evitado las largas filas y los días y noches de espera de los padres de familia, a la intemperie, con tal de conseguir una ficha, el acceso de sus hijos a la educación.

Revisemos el escenario, por qué hay padres de familia teniendo que pasar  estas penurias si se dice que hay suficientes espacios?

Porque prefieren hacer el sacrificio uno o dos días, a que sean sus hijos quiénes tengan que padecer en una escuela sin techo, sin sanitarios, sin luz.

Efectivamente, hay suficientes espacios en las escuelas públicas y privadas de educación básica, que operan en nuestro estado, sin embargo, según el Censo de Escuelas, maestros y alumnos 2014, el 70.5% de los planteles no tiene drenaje, 45% no tiene agua potable, 20% no tiene sanitarios, 140 escuelas no tiene electricidad, más de mil tienen techos improvisados de madera, de lámina, paja, cartón o de palma.

Bajo estas condiciones no se puede hablar de educación de calidad, y se entiende porque la sobre demanda en algunos planteles.

Mientras haya tales desigualdades en la infraestructura, sin hablar de la calidad educativa, a los padres de familia no les quedará de otra que hacer todo lo posible, e incluso lo imposible, por garantizar un lugar para sus hijos. Sin embargo, para el sistema educativo estas filas son la evidencia contundente de las asignaturas pendientes en materia educativa.