miércoles, 10 de junio de 2015

Gallardía

Esta semana planeaba escribir sobre la jornada electoral, reflexionar sobre los resultados y las valiosas lecciones que nos deja el proceso como tal, sin embargo, confieso que la entrevista que realice esta mañana de martes al virtual ganador de la Presidencia municipal de la capital potosina, me ha dejado con varias ideas dando vuelta en la cabeza, mismas que le comparto.


En la última parte de 2014, cuando se dibujaban los escenarios que podrían vivirse en la elección de 2015, sonaba con fuerza el nombre de Ricardo Gallardo, pero se trataba de Ricardo Gallardo Cardona, como carta fuerte de la izquierda para buscar gobernar a San Luis Potosí. Aun y cuando se escribió la historia por todos conocida, el proyecto de los "gallardistas" ya estaba construido y terminó por concentrarse en el impulso a Ricardo Gallardo Juárez en busca de la Presidencia Municipal de la Capital.


La estrategia durante la campaña fue clara en dos vías, que según lo compartido por el ahora virtual ganador, se mantienen. Gallardo Juárez no se pelea con la iniciativa privada, no de manera generalizada, al contrario, hasta parece reconciliarse hablando de agilizar trámites, impulsar al generador de empleos, impulso a la formalidad y freno a la corrupción, sin embargo, tiene sus dardos bien apuntados y eso es evidente.


La segunda vía, la gran apuesta en la campaña y que ahora debe convertirse en compromiso, fue el acercamiento con los más desprotegidos, con los menos favorecidos, con esa mayoría ignorada durante tanto tiempo, durante tantas administraciones.


Desconozco si el mismo Gallardo y su equipo alcanzaron a dimensionar la magnitud y el alcance de un mensaje que se lanzó a los que menos tienen, a los que no les importa arriesgar porque ya no tienen nada que perder, pues ese llamado no toco sólo a la clase baja, también tuvo eco en una clase media que se siente cada vez más golpeada, más inconforme.


El triunfo contundente de Ricardo Gallardo deja al descubierto y da una lección amplia, más de lo que se percibe a simple vista y que muestra el hartazgo de los ciudadanos que ya "no temen" probar algo diferente, evidencia un castigo hacia los dos partidos que tuvieron la alternancia, que tuvieron la oportunidad y que fallaron. Muestra, además, que la desigualdad en San Luis Potosí cala hondo y demanda atención. Demuestra que un individuo es capaz de mover más de lo que mueven las instituciones políticas, con todo lo que ello implica.


Esto que escribo no es una ocurrencia, ni resulta de una simpatía personal, es la simple lectura de hechos que deben llevar a la reflexión a quienes han fallado, a quienes están acertando, pero sobre todo a los ciudadanos, porque hoy que hay ganadores en la contienda se llega el momento de exigir resultados, ya pasó el tiempo de las promesas y quienes ayer buscaban nuestro voto, hoy deberán de comenzar a demostrar que vienen a trabajar, no llegar a sentarse a la silla a planear qué van a hacer.



Los primeros días de la administración de Gallardo serán claves para afianzarse en la confianza de quienes votaron o no votaron por él. Las expectativas ciudadanas que llevan a Gallardo a la Presidencia Municipal de la capital le implican una gran responsabilidad, ya veremos cómo responde y por el bien de los potosinos, ojalá haga las cosas bien.

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